Uberización del alquiler de embarcaciones: ¿Utopía o el nuevo “Potosí”de la economía colaborativa?

La aparición de diversos sitios de alquiler de barcos entre particulares ha abierto el debate en la Federación Francesa de Industrias Náuticas. Esta nueva práctica destaca la existencia de ciertas zonas grises e incluso de algunas disfunciones hasta ahora excluidas (o evitadas) por los responsables institucionales y políticos: ¿La responsabilidad del capitán?¿Co-navegación? ¿Alquiler en el muelle? ¿Equipo de seguridad obligatorio? Como Uber y Airbnb, el alquiler de embarcaciones entre particulares beneficia de una incertidumbre legal y normativa para ofrecer nuevos servicios de colaboración a precios ganga.

El alquiler de barcos de particular a particular siempre ha existido. Ya sea por el contacto de un compañero del trabajo que tiene su barco en Denia y que os lo deja en agosto, o a través de los anuncios de páginas web, alquilar un barco al propietario es una práctica corriente desde hace muchos años. El concepto no es nuevo. Sin embargo, desde hace unos años han empezado a surgir diversas páginas web que se dedican completamente al alquiler entre particulares, desde la búsqueda del barco y la petición de presupuesto hasta la reserva y la firma del contrato. Pero ¿qué pasa con estos nuevos servicios en línea y qué impacto tienen en el mundo náutico?

Uno de los objetivos de la Federación Francesa de Industrias Náuticas es de facilitar el acceso a las embarcaciones de recreo. ¡Esto es posible gracias al alquiler de barcos entre particulares! En realidad, para una empresa profesional, es muy difícil aceptar el alquiler de un barco durante solo algunas horas. El precio para tener el barco en condiciones, limpieza y el check-in cuesta caro y no pueden rentabilizarse con un alquiler de menos de 600 ó 700 euros.

Sin embargo, los particulares, que no son remunerados, pueden permitirse proporcionar una salida en el mar de 100 o 200 euros. ¡El alquiler entre particulares hace que la navegación sea más accesible y permite a la industria dirigirse a una parte más amplia de clientes que a su vez se convierte en los futuros dueños de un barco!

Sin embargo, económicamente, este tipo de alquiler, de corta duración, con precios bajos y extremadamente estacional, ¿es suficiente para permitir la subsistencia de todos los nuevos sitios de intermediarios a la comisión? Difícil.

Al contrario del alquiler de coches o de apartamentos, el mercado náutico está muy restringido y depende de la estacionalidad. Solo uno o dos sitios serán capaces de destacar entre la multitud y hacer su servicio rentable si pueden alcanzar un número suficiente de clientes y reservas durante todo el año.

Para poder responder al mayor número de demandas de sus clientes y de proponer un gran catálogo de barcos, las plataformas de particulares han tenido que diversificarse y trabajar también con empresas de profesionales. Mejor servicio, un mayor número de barcos y tiempos de respuesta más rápidos. A menudo, es mucho más sencillo y rápido obtener un presupuesto completo y fiable de un profesional que de un propietario privado desconocido.

Estadísticamente hablando, en promedio más del 60% de los barcos en estas plataformas son de flotas profesionales. Lo suficiente para molestar a los marineros y partidarios de la economía colaborativa.

Hasta ahora no ha habido problemas importantes. Casi todos los sitios colaborativos de ofertas inmobiliarias y de alquiler de coches también han incorporado ofertas de profesionales. Sin embargo, pueden surgir problemas con respecto a la calidad de los arrendadores que figuran. Mientras que una agencia elige a sus flotas para trabajar juntos, podemos constatar que en estos sitios hay una gran variedad barcos y arrendadores, cada uno con calificaciones cuestionables. Estas webs, sin duda, ofrecen una oportunidad inestimable para los pequeños operadores que luchan para promover sus barcos a precios muy atractivos. Pero cuando el momento de subir a bordo del barco llega, un acuerdo que parecía conforme por Internet en realidad se puede transformar en una pesadilla. ¡Es importante tener cuidado con las ofertas que son demasiado buenas para ser verdad!

El mercado de alquiler de barcos está muy fragmentado y puede ser confuso, y estas nuevas plataformas solo complican aún más las cosas. Para una primera experiencia, aseguraros leer las críticas dejadas por otros usuarios con atención o de poneros en contacto con un asesor, que debe ser capaz de proporcionaros fotos verificadas del barco, copias del seguro marítimo y la certificación de dónde está registrado.

La Federación Francesa de Industrias Náuticas también ha destacado posibles problemas relacionados con la responsabilidad del propietario en el caso de compartir barcos. De hecho, algunos propietarios de embarcaciones prefieren alquilar su barco solo si están presentes a bordo. Por lo que se les paga por el alquiler de su barco y de su servicio como capitán. Esta opción solo es posible, sin embargo, si el propietario tiene las cualificaciones necesarias para poder embarcar a los clientes a bordo y para éstos estén cubiertos en caso de accidente. Con respecto al hecho de compartir el barco, es conveniente mirar las webs especializadas en el intercambio de la tripulación, que agrupan ofertas de todo el mundo.

En general, alquiler de barcos entre particulares es una solución eficaz a algunos de los últimos desafíos que enfrenta la industria náutica. Mejora de la accesibilidad y la posibilidad de alquiler a corto plazo de esta nueva generación de clientes. Sin embargo, esta nueva tendencia debe ser seguida muy de cerca, especialmente para el futuro. Por encima de todo, los detalles más importantes deben ser más claros, para garantizar que los clientes puedan disfrutar de una experiencia libre de estrés y de forma segura.

«El mar es un espacio de rigor y libertad. Perder el rigor es perder la libertad» Victor Hugo

Sin embargo, la «uberización» de la navegación ha permitido plantear importantes preguntas sobre la industria náutica en su conjunto y sus múltiples formas, en particular sobre las cambiantes prácticas del sector náutico y las crecientes demandas de sus clientes.

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