El sonido de las olas, el aire fresco, la vista al mar azul, la arena entre los dedos... El mar parece tener el poder de mejorar nuestro estado emocional y curar nuestra mente. ¿Y si decidiéramos restaurar nuestra "salud mental azul" a través de una terapia del océano?
"Es bastante indescriptible, en el fondo necesito estar cerca del océano, es una necesidad vital", escribe la profesora de yoga Santa Mila en su libro Ocean Therapy (Talent Éditions). La vista al mar me calma y me tranquiliza. Podría quedarme durante horas frente a este espectáculo. Estoy como hipnotizada, mi mente se desconecta". Además, añade: "Estar conectada a esta gigante masa de agua, me da una increíble sensación de energía y al mismo tiempo de relajación. Me da una suave sensación de estar en equilibrio, en sintonía conmigo misma y con mi entorno.
A la edad de 31 años, esta gran amante de los océanos, creó los “retiros de Terapia del Océano”, En este retiro "el bienestar se queda al lado del océano para disfrutar de los beneficios del mar y aprender a cuidarse a sí mismo a través de una re-conexión con la naturaleza".
La terapia del océano
En su libro La mer, une thérapie pour notre bien-être (Editorial Guy Trédaniel), la Dra. Deborah Cracknell detalla en su estudio los innumerables beneficios de la terapia del océano y su entorno para nuestra salud mental.
Se dice que el agua es una de las características predominantes de los llamados paisajes "restauradores". Mejor aún, mirarlo mejoraría el estado de ánimo y ayudaría a calmarse en momentos de estrés o agotamiento cognitivo. La investigación en el campo de la economía incluso sugiere que estaríamos dispuestos a gastar más dinero para disfrutarlo. De ahí los suplementos que habitualmente ofrecen los hoteles para disfrutar de la vista al mar y la explosión de precios de las residencias costeras.
Su superficie y apariencia cambian con los reflejos del sol, la formación de olas o su color azul, que puede variar desde la aguamarina hasta el zafiro, generalmente provocan una sensación de calma y serenidad.
Mojarse los pies, sumergir completamente el cuerpo o flotar en la superficie del agua proporciona una multitud de sensaciones. Los estudios muestran que la terapia de flotación puede ser beneficiosa para las personas con problemas de salud física y mental.
Sonidos del océano al alcance de todos
Ya sea en la playa o en el transporte público, ahora es posible disfrutar de los sonidos del océano dondequiera que estés gracias a las aplicaciones de meditación y otros despertadores que emiten suaves sonidos de la naturaleza. Escuchar el sonido del agua, las olas o el oleaje puede ayudar a algunas personas a relajarse profundamente, facilitándoles el sueño o, por el contrario, sacándoles de la cama sin apurarles demasiado. Los sonidos del océano también pueden venir de aquellos que viven en él. Silbidos de delfines, cantos de ballenas... Se cree que la biofonía (sonidos de la vida marina) tiene “poderes” relajantes.
El poder tranquilizador de los animales marinos
Los animales que habitan los océanos y el lecho marino provocan fuertes emociones en aquellos que tienen la suerte de escucharlos, pero sobre todo de conocerlos. Ver un delfín, una ballena o una foca, muchos sueñan con ello. De ahí la creciente popularidad del snorkel y el reciente éxito de la máscara de buceo Easybreath de Decathlon. Un estudio realizado en personas que han tenido contacto con la fauna marina durante un viaje de observación en el mar ha demostrado que los participantes salieron con una mejor moral y que esta actividad ha despertado profundos sentimientos de alegría y felicidad.
La delfinoterapia
Además de la alegría que traen, las criaturas marinas, especialmente los delfines, pueden ser verdaderos terapeutas. Por ejemplo, la "delfinoterapia", una rama de la zooterapia, ayudaría a las personas con trastornos clínicos o enfermedades como el autismo, la epilepsia, la esclerosis múltiple, la depresión o el cáncer. De hecho, al aumentar la estimulación, mejorar la memoria y las habilidades motoras, los delfines acelerarían la curación y el bienestar.
¿Cómo potenciar los beneficios del océano?
Según la Dra. Deborah Cracknell, necesitamos aprovechar al máximo los beneficios que el océano tiene para ofrecer y maximizar sus efectos con unas pocas prácticas sencillas que puedan aplicarse siempre que tengamos la oportunidad.
- Practica la atención: pon el teléfono en modo avión y quítate los zapatos. Concéntrate en el momento presente sin perderte en tus pensamientos y prueba algunos ejercicios para estimular tus sentidos: abre la boca para "saborear" el aire, concéntrate en un sonido que te resulte agradable, recoje piedras y conchas, revuelve la arena entre los dedos de los pies, concentrándose en su textura, observa la delicada niebla salina que se eleva cada vez que una ola golpea la playa, respira profundamente y huele el aire yodado.
- Juega: Saca al niño que llevas dentro creando un charco de agua salada o una escultura de arena. Actividades que despiertan la curiosidad, estimulan la creatividad y crean una profunda conexión con la naturaleza.
- Meditar: Entre sus muchos beneficios, la meditación puede reducir el estrés, crear confianza y mejorar la autoestima.
- Respirar: la respiración consciente del aire marino, más rico en oxígeno y menos cargado de dióxido de carbono, ayuda a reducir el estrés, regular las emociones, promover el sueño... Practicado en la playa, permite beneficiarse de los olores liberados por el aerosol marino y las plantas presentes en las dunas.
- Tomar el sol: para reponer tus niveles de vitamina D, expone tu piel al sol durante unos minutos mientras disfrutas de la vista.
Este artículo es una traducción del artículo de Aurélie Sogny, Marie Claire.