En esta segunda parte de nuestro artículo "¿EL turismo azul es verde?", he aquí algunas ideas para que los navegantes viajen con más austeridad:

¿Comprar o alquilar? Según Paul de Haut, autor de La plaisance éconologique (ed. Vagnon), una de las primeras preguntas que hay que hacerse es la de la compra: "Teniendo en cuenta todos los gastos de mantenimiento de un barco, es más económico alquilar un barco si se navega menos de 15 días al año. De lo contrario, la compra puede ser una soga al cuello...". Además, los barcos tienen un promedio de duración de 30 años. El hecho de preferir comprar un barco de segunda mano o comprar en copropiedad permite tanto alargar la vida de un barco como optimizar las salidas y los amarres."

Reducir el consumo de combustible. La reducción de la velocidad del motor ciertamente ayuda a evitar el consumo excesivo de combustible, pero también reduce la contaminación acústica, que perturba la biodiversidad submarina.

Otra regla de oro: un motor bien mantenido es un motor que consume menos combustible. Llenarse de combustible por la mañana temprano y no esperar a que el depósito esté vacío. Son trucos que permiten ahorrar dinero y dejar menos impacto en el medio ambiente. También, para aquellos que tengan un presupuesto (o la oportunidad), echen un vistazo a la oferta de motores eléctricos fuera de borda (y por qué no a bordo) que ha ido creciendo en los últimos años.

Como en la tierra, la idea es aplicar la regla de las 4Rs - Reducir, Reutilizar, Reparar, Reciclar -. La asociación Echo Mer ha diseñado folios de información que resumen los consejos para ser más respetuosos con el medio ambiente, a bordo y en tierra, desde el abastecimiento de combustible (productos estacionales, a granel) hasta la práctica real (anclar en la arena, utilizar bombas de aguas servidas en los puertos...). Por último, favorecer los productos de limpieza biodegradables (etiqueta ecológica europea o Ecocert) o los productos caseros.

Si eres un navegante sin puerto base, navegar dentro del alcance un tren AVE es una solución más ecológica. Para llegar a mares más distantes, elegid vuelos directos en lugar de vuelos con conexión: el despegue es una fuente importante de emisiones de gases de efecto invernadero. Navegar más tiempo en el lugar también ayuda a amortiguar el viaje. Y por qué no, una vez que hayáis reducido lo más posible el número de emisiones de carbono, hacer una contribución ecológica con alguna organización certificada.

• Las aventuras de baja tecnología de Gold of Bengal
• La construcción amateur de un catamarán ecológico
• El transporte de mercancías a vela TOWT
• Las aventuras de Wing of the Ocean
• Ideas para un crucero de cero desechos con el eco-viaje de Arvik