HISTORIA DE NUESTRA TRAVESÍA DEL ATLANTICO

El pasado mes de noviembre, Aurore y Florian, expertos náuticos y asesores en GlobeSailor , se propusieron un reto: ¡navegar en un transatlántico!

GlobeSailor ofrece principalmente cruceros clásicos y alquiler de barcos, pero también tenemos todo un catálogo de ofertas orientadas a los cruceros temáticos y la navegación deportiva. Aurore y Florian se pusieron en contacto con uno de nuestros socios y reservaron su plaza a bordo de un Challenge 60, un monocasco equipado y perfeccionado para cruzar el Atlántico.

¡En este artículo, nuestros expertos náuticos te cuentan su experiencia y sus consejos para ayudarte a dar el paso en alta mar! Para obtener más información y tratar el tema, no dude en ponerse en contacto con ellos.

¿Por qué decidieron embarcarse en esta aventura?

Aurore: “Hacer un transatlántico fue una forma de demostrarme a mí misma que era capaz de emprender una aventura extraordinaria. Además, la búsqueda de grandes espacios abiertos, la desconexión y la navegación en alta mar se sumaron a las razones de mi partida. No hay duda de que pronto volveré a emprender la conquista de este océano…”.

Florian: “Cruzar el Atlántico era un sueño que tenía en la cabeza desde hacía varios años. El hecho de trabajar en el sector náutico y codearme con los actores no hacía más que acentuar estas ganas de aventura, así que me lancé en cuanto se presentó la oportunidad«.

¿Cuáles fueron las principales etapas de su viaje?

Este curso de formación en alta mar se dividió en dos partes: una primera etapa de Lorient a las Canarias y una segunda de las Canarias a Santa Lucía como parte de la regata transatlántica ARC.

La aventura comenzó en Lorient el 4 de noviembre de 2022, el mismo fin de semana que la salida inicial de la Route du Rhum. Ellos aplazaron su salida, pero nosotros no. Así que la travesía del Golfo de Vizcaya fue dura y húmeda, con rachas de más de 40 nudos y mar gruesa. Una buena manera de empezar.

Tras otro frente en cabo Finistere, el descenso hacia las Canarias fue más tranquilo, lo que nos obligó a encender el motor, ya que nos esperaban en Las Palmas.

Para la segunda etapa, participamos en la ARC, un rally que reúne a más de 150 barcos con el objetivo común de cruzar el Atlántico. Tras las fiestas de Las Palmas, el 20 de noviembre partimos hacia las Antillas. A pesar de una muy buena salida, nos vimos obligados a poner rumbo a Cabo Verde al romperse nuestra botavara durante una maniobra. Tras unos días en Mindelo esperando a que la botavara volviera a funcionar, zarpamos de nuevo con toda la flota, aún en regata, ya muy por delante de nosotros.

Esta temporada, los alisios (el viento que cruza el Atlántico y nos empuja hacia las Antillas) eran tímidos, lo que nos empujó hacia el sur para intentar encontrar algo de viento. Después de 15 días solos en el mundo, Santa Lucía apareció de madrugada. Regreso a tierra firme con una gran acogida por parte del equipo del ARC y ron para desayunar, ¡sin duda uno de los mejores momentos de esta aventura!

¿Cómo te preparas física y mentalmente para ello?

Es necesario estar en buena condición física, ya que se trata de un curso activo. No hay piloto automático a bordo y estamos sujetos a guardias diurnas y nocturnas. Hay que estar preparado para subir a cubierta a las 3 de la madrugada, por ejemplo, para cambiar una vela cuando se acerca una borrasca.

El mareo es una preocupación habitual al comienzo de estos largos viajes, sobre todo en la primera aventura tan larga en el mar y tan lejos de la costa. Pero no te preocupes, nuestro oído interno se acostumbra muy rápidamente al balanceo del barco. Durante los primeros días, no dudes en tomar medicamentos como Mer Calm o parches para ayudar a tu cerebro a acostumbrarse a la situación.

¿Cómo es la vida a bordo?

La vida a bordo está marcada por lo que llamamos «guardias». Durante 3 horas estamos al timón, las 3 horas siguientes descansando y las 3 horas siguientes de «guardia». Durante estas tres últimas horas, tenemos que estar disponibles para cualquier maniobra que requiera refuerzos en cubierta, o simplemente para preparar las comidas o limpiar el barco.

La actividad a bordo de un transatlántico puede compararse a una montaña rusa: puedes pasar un día entero hablando, escuchando música, preparando la comida, tomando el sol y leyendo, y al día siguiente estás haciendo una maniobra tras otra, cada una más o menos complicada que la anterior.

Durante el día, nos manteníamos ocupados lo mejor que podíamos: leyendo (teníamos la suerte de contar con una pequeña biblioteca a bordo), preparando comidas (más o menos satisfactorias según las habilidades de cada uno), inventándonos el mundo con un buen tazón de Mont-Blanc (a bordo, todo dulce es bienvenido), haciendo algo de deporte cuando nos apetecía (dicho esto, después de 3 izados e izados del spinnaker, no apetece hacer una sesión de abdominales). O nos manteníamos ocupados con otras actividades necesarias: limpiar el barco, vaciar las sentinas, coser una vela de estay rota o rellenar el cuaderno de bitácora. Leer los cuadernos de bitácora de los demás se había convertido en el pasatiempo favorito de nuestra tripulación.

Por último, gracias a esta travesía transatlántica sin red ni noticias del mundo exterior, aprendimos a apreciar una vez más las pequeñas cosas de la vida cotidiana, como la ducha de agua de mar en cubierta, que se había convertido en nuestra cita diaria ineludible.

¿Para qué tipo de personas?

Un transatlántico es accesible para cualquier persona con una fuerte motivación y una buena condición física, independientemente del nivel. En caso de que aún no seas un experto, tendrás que redoblar tus esfuerzos para aprender e imprimir toda la información que te van dando el patrón y el compañero a lo largo de los días. Esto es lo que hace que este aprendizaje sea interesante. En la idea, si tienes la posibilidad de hacer un curso de navegación habitable de una semana antes de embarcarte en la gran aventura de un transatlántico, te sentirás aún más a gusto con el vocabulario técnico y las diferentes maniobras a dominar en un barco.

¿Cuáles fueron sus sentimientos al final?

Florian: “Este viaje quedará como un magnífico recuerdo grabado en mi memoria. Además de mejorar mis habilidades náuticas, también conocí a personas geniales. ¡Las ganas de volver a navegar solo son más fuertes!«

Aurore: “Este transatlántico fue una verdadera experiencia para mí que me trajo rigor, tenacidad y perseverancia, además de ser la aventura humana más hermosa que he conocido hasta ahora. ¡Al igual que Florian, mi deseo de navegar solo se refuerza y ​​ya estoy impaciente por emprender nuevamente la conquista de este océano!«

¿Cuál es el presupuesto?

Desde el momento en que desea partir para cruzar el Atlántico, tiene a su disposición varias opciones: puedes embarcarte como miembro de la tripulación, la mayoría de las veces a bordo de un barco que realiza una entrega. Participas en la navegación, pero no hay garantía de formación real (todo dependerá de la tripulación a bordo).

Para un transatlántico organizado por una escuela de vela, como con nuestros socios Challenge Ocean y Open Sail, realiza un pago antes de la salida y este precio permanecerá fijo, independientemente de lo que suceda a bordo. Durante la Transatlántica de Aurore & Florian, la tripulación rompió la botavara a la mitad, pero no se les pidió ningún costo.

A nivel de presupuesto, para una travesía organizada del Atlántico es necesario contar entre 7.000€ y 9.000€ por persona, con pensión incluida. Es un presupuesto sin duda, pero del que no te arrepentirás.

En definitiva, HAZLO y si quieres más consejos, ¡no dudes en contactar con nuestros expertos para un asesoramiento!