Cuando se descubren nuevos lugares que consiguen abrirnos nuestra manera de pensar es imposible parar.
La navegación es una filosofía de vida que ayuda a mezclar esas ansias por descubrir el mundo con la manera de entender la vida.
Así es como Laura se ha lanzado a dar la vuelta al mundo a vela a bordo de un Beneteau 473 que podéis seguir a través de su blog: Sígueme en el mar
Desde Vilanova, pasando por Canarias, tomando rumbo al Caribe, comienza su travesía de unos 14 meses de navegación con algunos meses más en tierra.
Por ello, le hemos hecho una serie de preguntas para hacer descubrir esta gran aventura:
¿De dónde viene tu afición al mar?
El amor al mar creo sentirlo desde pequeña. Imagino que haber nacido en Barcelona y haber crecido en Sitges, un precioso pueblo costero catalán habrá influido. Siempre rodeada de mar, recuerdo observar los barcos en el horizonte y pensar que hay mas allá de ese horizonte que veo desde la playa.
De hecho, en mi familia nadie navegaba ni eran aficionados a la náutica. En 1992, hace 26 años, se cruza en mi vida la posibilidad de navegar a través de un amigo que compra un yate y me invita a hacer el cruce desde Masnou (Barcelona) a las Baleares.
Esa travesía y esos días que pasé navegando por las islas, me descubrieron lo que había tras ese horizonte que yo observaba desde la playa.
¿Por qué decidiste dar la vuelta al mundo?
Mis padres son las personas que despiertan en mi la curiosidad de descubrir el mundo.
Con ellos, mis hermanos, una tienda de campaña y posteriormente una caravana, empiezan a enseñarme desde pequeña lo bonitas y diferentes que son las regiones de España y nuestras islas.
Cuando cumplo la mayoría de edad ya empiezo a volar al extranjero y viajar por muchos países. La náutica entra de lleno en mi vida y cuanto más viajo, más siento la necesidad de querer ver el mundo y mas consciente soy de que en una vida no tenemos suficiente tiempo para ver el mundo entero.
En mi cabeza se instala la idea y posteriormente la necesidad de dar la vuelta al mundo. Ya no tengo suficiente con largos periodos viajando o viviendo en otros países.
Quiero dar la vuelta al mundo y la quiero dar por mar… ¡Navegando!
Tras sufrir un grave accidente de tráfico y pasar 5 años en quirofanos y rehabilitaciones soy más consciente que nunca podemos esperar para cumplir nuestros sueños, debemos perseguirlos y esforzarnos para cumplirlos y que dejen de ser sueños y se hagan realidad.
¿Qué sensaciones te produce navegar?
Si nunca has navegado es imposible poder transmitir exactamente lo que uno siente en el mar.
La palabra que usaría para describir lo que siento es «felicidad».
Me siento privilegiada de poder ver esas cosas que solo puedes ver cuando estas en medio del inmenso mar y que te hacen sentir lo maravillosa e impactante que es la vida y la naturaleza.
Mirar al cielo en la oscuridad de una noche sin luna durante una guardia, en soledad, solo con el sonido del mar, contigo misma. Sentir sobre ti la inmensidad del cielo con miles de millones de estrellas; poder observar las constelaciones y la via láctea.
Saber que muchas de esas estrellas que vemos en realidad ya han muerto. Ese espectáculo es prácticamente imposible explicarlo. Son miles de sensaciones que experimenta tu cuerpo y tu mente. Están ahí a millones de años luz y sientes lo pequeños que somos ante la inmensidad del universo.
En las travesías en la que los delfines vienen a acompañarnos y juegan dando saltos despiertan en mi alegría. Los delfines se ayudan entre ellos, cuidan de sus crias y se comunican.¿No es horrible tenerlos encerrados en acuarios para que los humanos puedan observarlos y entretenerse un día en un acuario?
Los amaneceres y los atardeceres en el mar tienen unos colores especiales, increíbles. Observarlos me hacen ser consciente de lo que es en tiempo el ciclo de un día. Son momentos de relajación y contemplación.
El olor del mar, su sabor, el aire, el viento, la luz, la oscuridad… Despiertan sensaciones agradables.
Creo que el mar desarrolla en las personas la bondad, el compañerismo, la consciencia y el conocerte más a ti mismo, te enseña a trabajar en equipo y a defenderte ante las adversidades.
Despierta sensaciones en uno mismo que en tierra nos pasan desapercibidas. Adrenalina cuando tienes que luchar contra su furia. Que generosa y bondadosa es la naturaleza. Cuánta fuerza tiene y cuantos avisos nos está dando sobre el maltrato que producimos los humanos al planeta.
Le deseamos toda la suerte del mundo en esta increíble y única experiencia de vida.
¡Buen viento Laura! ¡Te seguiremos de cerca!